viernes, 18 de mayo de 2018
AL BORDE DE LA LOCURA
Siempre fui buena persona.
Siempre estaba para ayudar a los demás.
Era el primer voluntario en todo y no me importaba sacrificarme por el resto, aunque perdiese yo.
Pero entonces la gente se aprovechaba de mi.
Y llegó la enfermedad para recordarme que debía ser yo mismo, y no solo una sombra.
Y entonces empezó el cambio.
Y empecé a dejar de ser un poco yo, porque aunque quería seguir ayudando a los demás, solamente recibía golpes.
Y con cada golpe me hacía más y más duro.
Más y más insensible.
Hasta el límite en el que me encuentro ahora.
Al borde del abismo que nos separa de la irracionalidad. A un paso de perder la cabeza y perder el norte.
Suerte tengo de las estrellas que me arropan y me mantienen a este lado de la cordura...
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