martes, 20 de abril de 2010

EL POETA

Siendo hombre fui poeta,

que escribía poemas sin versos

y versos sin rima.

Eran versos de amor

que hablaban de tristeza,

de las penas mas sentidas

por un amor infinito.

Imposible era ese amor,

pues teniéndolo moría

y faltando no vivía.

Siendo poeta fui hombre,

que quería sin amor

a un amor infinito,

mas corazón no tenía

tras haberlo perdido amando.

Siendo un hombre soy poeta

y con los mas sentidos versos

le canto mi amor intenso

a esa persona infinita.

lunes, 12 de abril de 2010

EL PUZZLE QUE NUNCA ACABO

El mundo va muy deprisa. A veces me siento como la pieza de un puzzle que se ha caído en otra caja y por más que intenta unirse con las demás no lo consigue.

Esa sensación de frustración viaja conmigo, de la mano, como un incansable compañero de viaje.

El mundo va muy deprisa, y cuando intento ir a su ritmo me agoto, porque no es el mío, porque no me siento a gusto con él.

Me cuesta disfrutar de las cosas, porque casi siempre estoy caminando a un ritmo que me impide ver lo que me rodea. Además, porque vuelvo a estar pensando en la meta siguiente, antes, mucho antes siquiera de alcanzar la que estoy buscando.

Y eso me agota.

Lo más gracioso, o tal vez lo más triste, es que se como se para. Lo he hecho en otras ocasiones.

Pero...¿que ha cambiado esta vez?. Será que conozco la teoría pero no aplico la práctica. Se lo que tengo que hacer pero espero que se realice por si mismo, mientras yo sigo tumbado en el sofá.

El mundo no funciona así. Mi mundo no puede funcionar así. Y eso es lo que se está encargando de decirme mi cuerpo, con este catarro que arrastro demasiado tiempo ya.

De nuevo vuelvo a cargar todo a la espalda. Lo que pasa es que cada vez, mi espalda puede soportar menos peso.

Llegué a estar bien y por no saber disfrutar del momento lo eché todo por la borda otra vez. Y suena derrotista, pero es que lo que siento es fracaso más que derrota.

Reconozco que me he dejado vencer por los sentimientos tan fuertemente arraigados en mi. Que rocé con la punta de mis dedos un lugar maravilloso y que al volver a la realidad que he conocido en los últimos años, caí en una gran frustración, sintiendo que la lucha no había merecido la pena.

Lo que todavía no he acabado de entender, o mejor dicho, de asimilar y poner en práctica, es que esto forma parte de la vida, de mi vida.

Quiero decir que no he entendido que nuestras vidas son fluctuaciones entre estados de ánimo de lo más contrarios. Y que precisamente eso es lo que nos hace ser grandes y crecer.

Pero yo no lo comprendo. Porque no estoy feliz, estoy eufórico. No estoy triste, estoy deprimido. Y los términos intermedios son los que no llego a disfrutar, porque no los comprendo.

Una vez no hace demasiado estuve en ese estado intermedio. A día de hoy me parece que fue un sueño.

Y hasta que no comprenda que lo viví realmente y que lo puedo hacer siempre que quiera, me quedaré vagando en estos estados tan contradictorios, tan destructivos, que poco a poco me van quitando la vida.

La pieza del puzzle no encaja porque no me fijo en como son las demás piezas que me rodean y las invento en mi imaginación, siempre más confortable que la realidad, siempre más sencilla, pero siempre más dañina y destructiva conmigo mismo.