martes, 8 de junio de 2010

DONDE ME LLEVEN MIS PASOS

En múltiples ocasiones, el hombre, se encuentra que sus pasos le han llevado ante un cruce de caminos.

Ante tal disyuntiva, se ve obligado a escoger. El camino de la derecha, el camino de la izquierda o el camino del centro.

Y entonces el hombre piensa que tal vez el camino del centro sea el mejor, ya que es la continuación del que venía siguiendo.

Y se dice “¿si hasta ahora no ha sido tan malo, porque tiene que serlo ahora?”
Pero sabe que eso no funciona según suposiciones y es entonces cuando se pregunta de nuevo “¿Por qué no elijo uno de los caminos, mañana vuelvo a este cruce y elijo el segundo, para que pasado regrese al punto en el que me encuentro hoy y entonces escojo el tercero?”
Pero sabe en el fondo que eso no es posible, porque sabe que una vez que se elije un camino, la encrucijada desaparece, se diluye para no volver jamás. Porque esos caminos son la vida del hombre y como ese hombre bien sabe, no se puede deshacer la vida.

Solo podemos escoger en cada momento según nuestro corazón y aprender de cada paso que damos.

Porque el camino del centro no siempre es el más recto hasta nuestra meta.

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